Agradezco en primera instancia al Gran Arquitecto del Universo por permitirme estar entre vosotros y en este noble sendero de perfeccionamiento progresivo. Agradezco a todos mis Venerables Hermanos por la confianza depositada en mi persona para dirigir la Administración y representación de La Muy Respetable Gran Logia De Estado ''Baja California'' como su Muy Respetable Gran Maestro, bajo las divisas de Orden, Lealtad y Compromiso.
Asumo este importante cargo con mucha responsabilidad y con la convicción plena de que los principios de la Masonería Universal son cada vez más pertinentes en el mundo en que vivimos, teniendo como fin principal el de brindar a todo ser humano un crecimiento en el aspecto intelectual, moral y espiritual. Esta debe ser la preocupación de nosotros para lograr que los lazos de la fraternidad sea la compañera inseparable de nuestros actos.
Pienso también que como Masones nuestros objetivos o metas deben ir renovándose de acuerdo al avance actual de nuestra sociedad, por eso la intención es mostrarnos a la sociedad con nuestras obras, sin las cuales las ideas no tienen ninguna validez, apoyándonos en nuestras organizaciones paralelas a la Masonería.
Nuestra Gran Logia, no ha podido vivir un mejor momento de crecimiento, representatividad y fortaleza, interna, Nacional e Internacional gracias al trabajo que han venido desempeñando cada uno de los Grandes Maestros anteriores a esta nueva administración. Tenemos que estar preparados para el ejercicio de la Instrucción, Educación y Docencia Masónica, tener planes de estudio y de trabajo para nuestro crecimiento personal, intelectual y espiritual; entender que los masones nos debemos al prójimo, a la fraternidad que construimos día a día, sin egoísmos ni mezquindades. Somos constructores de nosotros mismos y pongamos siempre toda nuestra tolerancia al servicio de esta noble causa, haciendo más fraterna nuestra relación como hermanos.
Es tarea de todos nosotros buscar siempre la integración entre los Hermanos lo cual implica que debemos hacerlo con mucho respeto, tolerancia, fraternidad e igualdad y, entender que, solo siendo unidos podemos lograr nuestro progreso en la Masonería. Dejemos el cien por ciento de nosotros mismos en cada Tenida, buscando siempre regresar a casa después de nuestros trabajos, fortalecidos y convencidos de que no vinimos a perder nuestro tiempo, al contrario, que estos trabajos nos hagan sentir contentos y satisfechos cada día.
Aspiro seguir siendo una abeja obrera más, una piedra más en el gran muro de la Institución y no aspirar a ser la piedra más importante, sino una piedra útil, de provecho y de servicio para todos mis Hermanos, así como enarbolar con firmeza y para todos, las banderas de la Libertad, Igualdad y Fraternidad y dónde todos sintamos la Libertad absoluta de conciencia y virtud para ejercerla.
Finalmente quiero agradecer a toda mi familia y a mi hogar, a mi esposa Laura Vianney, a mi hijo Alberto y a mi hija Francia Vianney, a mi madre, a mi hermano y su familia, por el apoyo incondicional que constantemente me brindan con su amplia comprensión, al permitirme consagrar parte de mi existencia al servicio de la Orden Masónica, de la cual, en los planos subjetivos de nuestro ser, todos recibimos su retribuido influjo.
Mis Queridos Hermanos, os invito a todos, al trabajo, a la unidad fraternal, al reconocimiento y respeto entre todos y para todos, con Orden, Lealtad y Compromiso.